César Chelala

Columnista invitado

¿Quién habría pensado que, a mediados del siglo XIX, la humilde harina de lentejas -Lens culinaris, Medik, 1787- se anunciaría como el alimento “Revalenta Arabica” con un extraordinario poder reconstituyente para inválidos y se vendería a un precio exhorbitante para este fin? Y este ni siquiera es el primer ejemplo documentado de curanderismo en los registros históricos. El cuadro de Pietro Longhi, “El charlatán” (1757), es un ejemplo aún anterior, ya que muestra a un hombre promocionando sus sospechosos productos.

La charlatanería se describe a menudo como un “fraude sanitario” y una de sus principales características es su promoción agresiva. Stephen Barrett, fundador de Quackwatch, un sitio web dedicado a desmentir fraudes, mitos y afirmaciones pseudocientíficas relacionadas con la salud, define la charlatanería como “la promoción de métodos sin fundamento y sin respaldo científico”. El peligro de la charlatanería es que puede hacer que las personas eviten tratamientos que probablemente sean positivos en favor de tratamientos ineficaces e incluso dañinos.

El entorno cultural del curanderismo

Robert F. Kennedy Jr., el nuevo Secretario de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., tiene algunas ideas médicas que podrían considerarse parte de la larga tradición de curanderismo en Estados Unidos. En 1984, Kennedy se declaró culpable de un delito grave de posesión de heroína en Dakota del Sur y fue sentenciado a dos años de libertad condicional y servicio comunitario. Para cumplir con las condiciones de su libertad condicional, trabajó como voluntario para el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales –Natural Resources Defense Council (NRDC)–, alegando que con eso ponía fin a sus 14 años de consumo de heroína.

Posteriormente, defendió el medio ambiente, abogando por la derogación de leyes que, según él, ponían en peligro su preservación. En 1987, fundó la Clínica de Litigios Ambientales –Environmental Litigation Clinic– en la Facultad de Derecho de Pace University. Él y la clínica recibieron varios premios por su labor legal referida a la limpieza del medio ambiente y sirvieron de modelo para clínicas de Derecho Ambiental similares en otras partes del país.

Durante muchos años, realizó una importante labor en defensa de los Derechos de los Pueblos Indígenas. Representó a la Confeniae, una confederación de pueblos indígenas, para limitar la extracción petrolera en la Amazonía ecuatoriana y defendió el derecho de las tribus amazónicas a beneficiarse de la extracción de recursos. También criticó duramente el historial de contaminación de la Amazonía ecuatoriana por parte de Texaco.

Vacunas

Durante mucho tiempo, Kennedy afirmó que las vacunas causan autismo. Sin embargo, varios estudios realizados en numerosos países han concluido que no existe relación entre las vacunas y el autismo. Su desconfianza hacia las vacunas ignora que 14 enfermedades fueron prácticamente eliminadas por ellas, salvando la vida de millones de personas y mejorando su calidad de vida. Aunque recientemente Kennedy negó estar en contra de las vacunas, su historial demuestra lo contrario.

Durante su mandato, el Departamento de Salud y Servicios Humanos retiró aportes de miles de millones de dólares a las agencias estatales de salud, obstaculizando así su trabajo e investigación sobre la inmunización infantil. Kennedy también ha promovido el uso de aceite de hígado de bacalao, un esteroide y un antibiótico como tratamiento para el sarampión. Estas terapias no cuentan con aprobación científica y, en lugar de curarlas, podrían agravar la enfermedad infantil.

Una explicación sencilla –aunque no necesariamente correcta– es que la falta de formación médica del Secretario de Salud le impide analizar acertadamente los datos médicos y científicos. Si bien es cierto que las vacunas pueden tener algunos efectos secundarios adversos, la incidencia de estos efectos negativos es insignificante en comparación con sus beneficios.

El comportamiento de Robert F. Kennedy Jr. pone en considerable riesgo a la población. Por ello, su nominación fue fuertemente criticada. En diciembre de 2024, más de 75 Premios Nobel solicitaron al Senado estadounidense que se opusiera a la nominación de Kennedy, alegando que “pondría en peligro la salud pública”.

El 9 de enero de 2025, más de 17.000 médicos, miembros del Comité para la Protección de la Atención Médica -Committee to Protect Health Care-, firmaron una carta abierta instando al Senado a oponerse a la nominación de Kennedy. A pesar de las advertencias, ahora ocupa el cargo más importante en el ámbito de la salud en el gobierno estadounidense.

El 9 de abril, se implementaron recortes masivos en los programas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades -Centers for Disease Control and Prevention (CDC)-; la Administración de Alimentos y Medicamentos -Food and Drug Administration (FDA)- y la Administración de Recursos y Servicios de Salud -Health Resources and Services Administration-. El Dr. Georges Benjamin, presidente de la Asociación Estadounidense de Salud Pública -American Public Health Association (APHA)-, emitió un comunicado en el que afirmaba que las preocupaciones planteadas durante las audiencias de confirmación de Kennedy se habían materializado. Estas consideraciones son pertinentes, pues los casos de sarampión superan ya los 700 y se han extendido desde Texas a otros estados, causando la muerte de al menos dos niños; muertes y enfermedades que podrían haberse evitado si los niños hubieran sido vacunados.

Aunque los recortes en la atención sanitaria y en la investigación continúan sin cesar, aún hay tiempo para cambiar de rumbo, seguir los consejos médicos de los expertos y tomar medidas para mejorar realmente la salud de las personas.